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Gobernador de Arica: «La presencia de militares tuvo un efecto disuasivo»

El gobernador de Arica y Parinacota, Jorge Díaz, hace un balance sobre la primera jornada de las Fuerzas Armadas en la frontera norte. Señala que entre el sábado y el lunes “se pudo reconducir un total de 52 personas» y que la «presencia de militares con todos sus elementos impidió el acceso de migrantes».

Tras la puesta en marcha de la ley de infraestructura crítica, las Fuerzas Armadas se instalaron en la frontera norte. Este lunes llegó a Colchane la ministra del Interior, Carolina Tohá, quien afirmó que este despliegue debiera cumplir un ‘efecto disuasivo’.

En un nuevo Especial Mirada Líbero, el Gobernador de la Región de Arica y Parinacota, Jorge Díaz Ibarra, coincide con la ministra y explica que entre sábado y lunes se registraron un total de 52 inmigrantes irregulares reconducidos.

“Ha sido una operación bastante favorable, es lo que la región esperaba, que se incorporara presencia de militares en las zonas fronterizas, porque entendíamos que las capacidades de Carabineros y la PDI estaban sobrepasados. No existía un freno de la ola de migrantes que ingresaba por pasos fronterizos irregulares y de manera clandestina al país. Por lo tanto, la presencia de militares viene a reforzar este proceso. Y tuvo un efecto importantísimo que fue disuasivo, porque al ver la presencia de militares con todos los elementos en zonas vigiladas de la frontera, se pudo determinar con mucha claridad que se impidió mucho el acceso, porque las personas cuando intentaban ingresar se daban cuenta de aquello y se inhibían”, explica.

De igual manera, asegura que antes de que se pusiera en práctica el Decreto con Fuerza de Dey (DFL), “eran 60 las personas diarias las que se podían pesquisar que se reconducían. Durante 3 días esto se redujo a 52, entonces a priori podemos indicar que se han reducido en un 60% las reconducciones”.

Si bien hay expectativas positivas, el gobernador es tajante en indicar que debe haber una mayor conversación con las autoridades regionales. “Sentimos que en estos primeros días ha funcionado, lo que es un buen comienzo, ahora esperamos que este tipo de leyes sean socializadas con las autoridades del territorio, con los gobernadores regionales y los alcaldes, porque nosotros vivimos ahí y entendemos que cuando sea materializan las normas pueden surgir dificultades. No puede ser que este tipo de decisiones se tomen a más de 2 mil kilómetros de donde está el problema. La migración en Chile siempre ha existido, pero siempre ha sido selectiva, regulada, nosotros sabíamos quiénes ingresaban al país y eso es algo que debemos retomar de manera urgente”, afirmó.

Una de las mayores críticas que ha tenido el despliegue de las Fuerzas Armadas en la frontera norte tiene relación con la complejidad de reconducir s los migrantes ilegales, especialmente en el caso de la frontera con Bolivia, país que se ha negado a recibir de vuelta a aquellos inmigrantes que no son bolivianos, pero ingresan a Chile por su territorio.

Al respecto, el gobernador Díaz señala que «esto es bastante complejo de implementar con colaboración de países vecinos, porque en el caso de Bolivia la reconducción no ha funcionado, y en el caso de Perú la reconducción es irregular, porque no se hace por pasos fronterizos habilitados, sino que por un paso ilegal, y eso es algo que no puede ser; esta ley de inmigración se creó a fines del gobierno anterior, ya lleva casi un año y el trabajo es bastante deficiente”.

Para él es fundamental el trabajo que desarrolle Cancillería. “Más allá de existir relaciones diplomáticas, se entiende que se deben regular las relaciones fronterizas, y lo ideal es que todos nos pudiéramos hacer cargo en este proceso y es clave que exista el entendimiento de que la frontera no puede ser permeable y debe protegerse. Entendemos que la reconducción es algo que debe funcionar”.

Y añade que “no es fácil la relación con Bolivia, nunca han existido relaciones diplomáticas en el estándar del derecho internacional, y en el caso de Perú también es complejo por la condición política que vive ese país. Pero es una figura que existe y no ha tenido la virtud de ser útil. No puede ser que exista una ley chilena que tenga aplicabilidad fuera del territorio nacional, que debe ser consensuada y en colaboración con países vecinos, pero que esto no suceda, entonces para qué existe una norma chilena con estas condiciones. Resulta cuestionable hasta la institución si esto no tiene la función de servir”.